En nuestro día a día digital, utilizamos contraseñas para acceder a redes sociales, realizar transacciones bancarias, desbloquear nuestros teléfonos móviles y acceder a nuestros correos electrónicos. Estas contraseñas son esenciales para proteger nuestra información y mantenerla segura. Sin embargo, nos enfrentamos a varios problemas: muchos de nosotros no asignamos contraseñas a nuestros equipos de cómputo, lo cual representa un riesgo significativo. Incluso cuando asignamos contraseñas a nuestras cuentas en línea o dispositivos, a menudo descuidamos medidas importantes, como cambiarlas regularmente. Es fundamental tomar precauciones adicionales para proteger nuestra información digital en un entorno cada vez más conectado y expuesto a riesgos.
Guía de siete pasos para generar contraseñas solidas.
- Genera claves que lleven letras, números y caracteres: Lo ideal y más recomendable es que tus contraseñas sean de por lo menos 10 caracteres. Es importante que estas contengan números, símbolos especiales, así como letras mayúsculas y minúsculas.
- Crea una contraseña fuerte: adopta una frase que signifique algo para ti. Usa la primera letra de cada palabra y sustituye la mayor parte del de cada palabra por un caracter especial. Piensa siempre en frases o letras de canciones que puedas recordar con facilidad para no cometer el error de escribir tus contraseñas en notas adhesivas que dejarás pegadas en tu laptop.
- Nunca compartas tus contraseñas: ni el método que usaste para crearlas. Si compartes tu computadora o tableta con alguien, no les des tu contraseña. Lo mejor es crear distintas cuentas de usuario.
- Usa la verificación de dos pasos: en tus cuentas importantes, es aconsejable que habilites la opción de verificación en dos pasos, así podrás tener mayor protección en caso de que algún criminal dé con tu contraseña.
- No hagas contraseñas fáciles de adivinar: Hay muchas posibilidades de que tus datos personales, como tu fecha de nacimiento, lugar de nacimiento o nombre de tu pareja, se encuentren fácilmente en línea (por ejemplo, en tu muro de Facebook).
- No uses palabras reales: ya que se pueden averiguar mediante ataques de diccionario, programas que prueban rápidamente una gran lista de palabras.
- Si sospechas que tu contraseña ha sido comprometida, cámbiala de inmediato.
¿CÓMO CONSEGUIMOS UNA CONTRASEÑA FUERTE?
Una forma de medir la seguridad de nuestra contraseña es calcular cuánto tiempo tardaría un ciberdelincuente en adivinarla. Cuanto mayor sea la longitud de la contraseña, mucho más segura será. Por lo tanto, hacer uso de una palabra larga o, como se mencionaba anteriormente, una frase o canción, aumentaría la complejidad del descifrado
NUESTRA CONTRASEÑA DEBERÍA DE CONTAR CON AL MENOS DIEZ CARACTERES.
Vamos a tomar como ejemplo una palabra de más de 10 caracteres, como por ejemplo:
"comunicarse"
Al tratarse de una palabra plana, en menos de 5 minutos y con un ordenador convencional, haciendo uso de una de las múltiples herramientas que hay por el mercado, la contraseña podría ser descifrada. Por tanto, necesitamos añadir más dificultad al descifrado, y para conseguirlo es muy recomendable.
Utilizar tanto letras mayúsculas, como minúsculas.
En el caso de nuestro ejemplo, probamos a poner en mayúsculas algunas de ellas:
"CoMUnIcArSE"
A pesar de este cambio, en tan solo un par de días, nuestra contraseña estaría en manos de ciberdelincuentes. Necesitamos aumentar más la seguridad. Vamos a probar la fuerza añadiendo otro tipo de caracteres:
AÑADE A TU CONTRASEÑA NÚMEROS Y CARACTERES ESPECIALES.
C0M&n1c@r$E
Con esta combinación, el tiempo de descifrado sería de varios años, pero, aun así, no hemos conseguido que la contraseña sea lo más fuerte posible, podemos añadir complejidad inventando palabras. En cualquier caso, tendremos que:
CAMBIAR POR LO MENOS CADA TRES MESES LA CONTRASEÑA.
Además del cambio de contraseña, una de las recomendaciones que hay que tener muy en cuenta es la de no repetir contraseñas para varias aplicaciones o cuentas diferentes, ya que fruto de esta práctica muchos hackers pueden llegar a acceder a contraseñas de máxima relevancia.
Usar una misma contraseña para todo podría poner en riesgo nuestra seguridad y datos personales. Esto, evidentemente, porque resulta como una especie de llave maestra con la cual es posible acceder a todas nuestras cuentas y, por lo tanto, a todo tipo de información.